Camila Cabello actua en la final de la UEFA Champions League

Unos días después de actuar en la Ceremonia de Apertura de la final de la UEFA Champions League y pocos antes de continuar con su gira Familia, la cantante Camila Cabello (25 años, Cojímar, Cuba) disfrutó de unas vacaciones en la costa de Nápoles. Fue durante este periodo cuando el diario sensacionalista británico Daily Mail publicó unas fotografías tomadas por un paparazzi de la artista en un yate próximo a Positano, luciendo un bikini naranja mientras se daba unos chapuzones en el mar. Con la excusa de celebrar que Cabello “mostrase sus curvas” en su “descarada exhibición con un diminuto bikini naranja”, el diario británico publicó un total de 16 fotografías que recibieron toda la atención que el medio podía esperar recibir. Pronto llegaron loscomentarios y muchos de ellos cayeron en el denominado body shaming (hacer que alguien se avergüence de su cuerpo) o la crítica feroz al cuerpo de Cabello, que calificaban de “repugnante”, “obeso”, “fofo” y “lleno de celulitis”. Algunos usuarios tuvieron la osadía de recomendar a Camila Cabello, una mujer capaz de subirse a cantar y bailar en un escenario durante hora y media, que se apuntase al gimnasio.

Inmediatamente, otros medios publicaron las fotografías de Camila Cabello, elaborando un intento de defensa de la cantante con mayor o menor atino. El medio Univision publicó una pieza titulada: “Camila Cabello presumió sus curvas y celulitis con un bikini: ya no le preocupan las críticas”. Otros titulares siguieron esta misma línea: “Camila Cabello da un mensaje de amor propio: usa bikini e impacta con su cuerpo real”; “Camila Cabello da una lección mostrando su cuerpo natural y sin retoques”. El problema de esta retórica es que Camila Cabello no estaba presumiendo de nada, ni enviando un mensaje: simplemente estaba pasando un día en el mar con su familia. Como bien comentó una usuaria de Twitter en un tuit que se volvió viral: “Lecciones de amor propio, ¿existir, irse de vacaciones, tener un cuerpo, dicen?”.

No es la primera vez que el cuerpo de Camila Cabello es sometido a juicio en medios y redes. En 2019, se publicaron unas fotografías en las que Cabello disfrutaba de un día en las playas de Miami con su pareja por Shaw Mendes. En aquella ocasión, se topó con las críticas sobre su cuerpo a través de las redes sociales. Cabello no dudó en responder a los comentarios a través de su cuenta de Instagram: “No he estado en redes sociales porque tengo la firme intención de evitar cosas que puedan herir mis sentimientos, pero durante un segundo me olvidé, y mis ojos, accidentalmente, vieron los comentarios de body shaming”, escribió la cantante, “escribo esto para niñas como mi hermana pequeña que están creciendo a través de las redes sociales y constantemente ven imágenes retocadas y editadas y piensan que esa es la realidad. Y los ojos de todos se acostumbran a ese tipo de imágenes y, de pronto, piensan que esa es la norma. No lo es, es falso. Chicas, la celulitis es normal. La grasa es normal. Tenemos una imagen muy poco realista del cuerpo femenino”.

Las fotografías de Cabello en bikini son, para empezar, imágenes sobre las que la propia artista no tiene ningún tipo de control o decisión y sobre las que no ha dado consentimiento alguno para su publicación. El hecho de que Camila Cabello disfrutase de un día de playa no tiene por qué convertirse en un debate sobre salud o belleza, ni ser un asunto vergonzante o inapropiado; tampoco por qué transformarse en un emblema de empoderamiento o en un elemento aleccionador. Debería ser simplemente lo que es: una mujer disfrutando de un día de playa.

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